¿Quién fue Paolo Ruffini?

La matemática es un mundo amplio que se ha forjado durante muchos años. A lo largo de la historia, grandes personajes han trabajado en investigaciones para constituir todo lo que hoy conocemos. Si bien es cierto que la matemática actual ha evolucionado mucho, es importante destacar la relevancia de figuras que marcaron un antes y un después en esta disciplina.

Por ello, es necesario mencionar a Paolo Ruffini. Este hombre fue uno de los aportadores más interesantes de las matemáticas. Sin embargo, no solo fue matemático. Además de lo anterior, sobresalió como médico y filósofo.

Este hombre, como bien mencionamos antes, destaca por la cantidad de aportes que brindó en el ámbito de la matemática. Incluso, la famosa regla de Ruffini existe gracias a él, quien la inventó y con ella revolucionó la forma en que se interpretaba la matemática para entonces.

Es imposible hablar de matemáticas sin mencionar a Paolo Ruffini. Por este motivo, a continuación, te compartimos su biografía. Asimismo, todas las contribuciones de su parte asociadas con el campo matemático. Además, describimos el paso a paso de su desarrollo como catedrático y sus investigaciones más resaltantes.

Biografía de Paolo Ruffini

Paolo Ruffini nace en Valentano, Italia, el 22 de septiembre de 1765. Su padre, Basilio Ruffini fue un importante médico. Su madre se llamaba María Francesca Ippoliti. Para el momento en que nace Ruffini, la ciudad de Valentano formaba parte de los Estados Pontificios.

Luego de que naciera, toda su familia camba de residencia. Desde entonces, Paolo Ruffini vive en la zona norte de Italia, exactamente en Reggio. De hecho, casi toda su vida la desarrolla en dicho lugar.

Estudios universitarios

Un dato relevante de la infancia de Ruffini es que inicialmente fue educado para que fuese religioso. Sin embargo, esto nunca se concreta. Para el año 1783, a la edad de 18 años, ingresa en la universidad de Módena. En este momento, empieza su vida como estudiante, pero no todavía como matemático.

Es decir, Paolo en primera instancia estudia filosofía, medicina y cirugía. De las tres especialidades logra licenciarse de forma sorprendente en 1788. Unos años después, consigue el título como matemático.

Oportunidades laborales

Siendo aún estudiante universitario, Paolo Ruffini ejerce como docente en el período de 1787-1788. Para ese entonces, está a cargo de la cátedra llamada fundamentos de análisis. El motivo de esta eventualidad se debe a que el anterior profesor abandona su cargo al ser electo como concejal.

Años más tarde, Ruffini se acredita como profesor en Elementos de Matemáticas. Esto sucede exactamente en el año 1791. Incluso, cuando toma la asignatura, tiene la tarea de sustituir a su antiguo profesor de geometría. No obstante, en ese mismo año, Ruffini empieza a sorprender.

 No solo destaca como profesor de matemáticas. En paralelo, Paolo empieza a ejercer como médico. Asimismo, inicia su período como profesor en la clínica perteneciente a la universidad de Módena.

Lo más dramático de su historia es que en la época en la que surgen todos estos eventos, el mundo se enfrenta a procesos de guerra. Para entonces, Francia avanza con rapidez después de la Revolución Francesa. Este contexto, marca un antes y después en la vida de Paolo Ruffini.

Pierde su puesto como profesor

En 1796, Napoleón Bonaparte (líder de la revolución), invade Módena. Desde ese momento, se instaura la República Cisalpina. Paolo tuvo la oportunidad de ocupar el puesto dentro del consejo de Bonaparte, pero el primero de ellos rechaza la oferta. Por esta razón, Ruffini pierde su trabajo como profesor.

Sin embargo, además de esto, Paolo pierde la licencia para impartir clases en cualquier lugar mientras Napoleón continúa en posesión de Módena.

Teoría de las ecuaciones

A pesar de este desafortunado momento, Ruffini decide seguir adelante. Aprovecha la oportunidad para dedicarse al campo médico. En paralelo, ocupa su tiempo en el desarrollo de estudios sobre la resolución de ecuaciones de quinto grado por radicales. Este tipo de operación algebraica es una de las más complejas de resolver.

Desde hace muchos años las ecuaciones de segundo grado dejaron de ser un misterio. Lo mismo sucede con las ecuaciones de tercer grado y la ecuación cuártica. Sin embargo, desde hace más de 250 años, nadie había logrado descifrar la respuesta ante ecuaciones de quinto grado.

Grandes matemáticos de la historia como Vandermonde y Euler estudiaron el tema en profundidad sin éxito alguno. No obstante, todo se inclinaba porque la ecuación de quinto grado se solucionaba de algún modo con el uso de radicales.

Todo el misterio relacionado con la ecuación quíntica fue resuelto por el libro Teoría de las ecuaciones de Paolo Ruffini. El texto fue publicado en 1799, cuando el matemático regresó a la universidad de Módena como profesor. La particularidad de este libro expone lo siguiente:

No hay ningún tipo de fórmula que permita resolver una ecuación de quinto grado o superior a esta.

Si bien es cierto que su planteamiento es correcto, el libro tenía ciertas inconsistencias. Dichos errores fueron sopesados por el experto en matemática Niels Henrik Abel, en 1824. El resultado de ambas investigaciones es lo que se conoce como el teorema de Abel-Ruffini.

El método Horner

A pesar de su importante aporte con la investigación sobre ecuaciones de quinto grado, Ruffini es ignorado por la comunidad matemática. No obstante, sigue con su trabajo y para 1802 publica Riflessioni intorno alla rettificazione ed alla quadratura del circolo. En dicho texto, Paolo destaca un procedimiento para acercar las raíces de una ecuación.

Sin embargo, el método se atribuye a Horner dado que fue este personaje quien lo da a conocer más adelante. En el mismo año, Ruffini trabaja en su texto memoria Della soluzione delle equazioni algebraiche determinata partocolari di grado sup. al 4º.

Luego, dos años más tarde, publica una edición de Sopra la determinazione delle radici nelle equazioni numeriche di qualunque grado.

Algebra elementare y la Regla de Ruffini

En el año 1807, Ruffini publica uno de sus escritos de mayor relevancia llamado Algebra elementare. Sin embargo, su aporte más valioso a la historia de la matemática llega justo en 1809. En este año, descubre lo que se conoce como la regla de Ruffini.

Este proceso matemático desarrollado por Ruffini se basa en la división polinómica entre polinomios de la forma x-r rápidamente. Si bien su utilización principal se enfoca en la división de polinomios, también se aplica para obtener la raíz cuadra de los mismos. Por otro lado, es clave para resolver ecuaciones de tercer grado o mayores.

Rector de la universidad de Módena.

Después de muchas investigaciones y años de trabajo, Ruffini es nombrado rector de la universidad de Módena en 1814. Para entonces, fue catedrático tanto en medicina como en matemáticas. Dos años después, ocupa el puesto de presidente de la sociedad italiana Dei Quaranta. Por si esto fuera poco, también es nombrado presidente del Instituto Italiano de Ciencias.

Problemas de salud y muerte

La realidad es que la vida de Ruffini como profesional está llena de logros. No hay duda de la cantidad de trabajo desarrollado por su parte. Sin embargo, pese al reconocimiento, su estado de salud se empieza a complicar en 1817. En este año, sufre una enfermedad epidemial de la época.

Si bien consigue recuperarse medianamente, en 1819 sus complicaciones regresan. Esto último, lo lleva a dejar de lado la universidad. Sin embargo, siendo un hombre de oportunidades, toma la experiencia vivida para elaborar un escrito sobre la enfermedad. El artículo se titula Memoria sul tifo contagioso.

Seguidamente, en 1821 publica un último trabajo llamado Riflessioni critiche sopra il saggio filosofico intorno alle probabilità del Sig. Finalmente, el 9 de mayo de 1822 fallece en la ciudad de Módena.

Mayores aportes de Paolo Ruffini a las matemáticas

En resumen, los aportes más significativos de Ruffini en el ámbito de las matemáticas son los siguientes:

  1. Su aporte más importante es la regla de Ruffini. Dicha regla es fundamental en la efectuación de distintos tipos de operaciones. Como bien mencionamos antes, gracias a este aporte es posible dividir polinomios y encontrar su raíz cuadrada. Además de otras utilidades cruciales.
  2. Otro aporte que se debe destacar es la comprobación de la imposibilidad para resolver ecuaciones de quinto grado. A pesar de que en la actualidad no implica un hecho relevante, para la época era un gran problema en términos matemáticos.
  3. Procedimiento para aproximar las raíces cuadradas de las ecuaciones.
  4. Aportes para la consolidación del teorema Abel-Ruffini.
  5. Definición de teorías claves en las conversiones de una ecuación.

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